Tener una lapicero a la mano siempre es de mucha utilidad, a veces no sabes cuánto, hasta que experimentas la necesidad.

Una vez estuve acompañando a una amiga, a postular a un  trabajo, en ese lugar había una inmensa cola de gente esperando el turno de ser entrevistado. Cuando íbamos avanzando se acercó una señorita de la empresa,  con unos formularios que debían ser llenados con los datos de los postulantes, este fue entregado a mi amiga y a las 30 personas que estaban en la fila, cerca de la puerta. Luego ella los recogería llenos para así avanzar con las entrevistas laborales, según nos dijo así sería más fácil avanzar con la gran cantidad de gente que había en la fila.

No te imaginas como la gente corría buscando un lapicero para llenar sus datos. Parece increíble pero fueron muy pocos los que tenían uno, el resto se encontraban dando vueltas desesperados buscando quien les preste.

Tener un lapicero a la mano te puede salvar de muchas incomodidades, sin embargo no nos damos cuenta de ello hasta que no lo necesitamos.

Cuando viajé por primera vez al extranjero me sucedió una situación similar y apremiante. Subí al avión, tome asiento con mi familia y luego de unos minutos de alegría y de estar súper ansiosa por el viaje, comencé a sudar frío cuando la aeromoza se acercaba a todos los asientos con los formatos de migraciones, debías llenar una declaración jurada, con tus datos personales y los de tu familia ahí debías declarar los bienes y el dinero que llevabas contigo. Este es un requisito normal en todos los viajes al extranjero, pero para mí era una novedad. Nunca había viajado antes y en nuestra familia somos 5 personas, ¿Te imaginas?. La tripulante con sonrisa en labios decía a todos los pasajeros que debían llenar los formatos. Todos quienes nos encontrábamos sentados esperando que el avión despegue, cambiamos el rostro cuando la aeromoza nos dijo que en quince minutos recogería el formato y que era obligatorio.

¡Uhm recuerdo que fue una situación llena de estrés y confusión! Fue entonces que comencé a buscar desesperadamente un lapicero en mi cartera, sacaba de todo, menos un lapicero, no tenía ninguno. Entonces escuché una vocecita que me susurró al oído y me dijo ¡Mami, yo tengo un lapicero que me regalaron en el súper mercado con la avena que compramos! ¿Te acuerdas?

Mi pequeña niña sacó un lapicero de su mochilita, llena de cosas curiosas. El lapicero brillaba con un color muy luminoso y una figura infantil. ¡Uff no saben el alivio! En todo el avión casi nadie tenía un lapicero, pero mi niña sí y con un gran logo que vendía una marca. Nunca olvidaré el detalle de mi hija con su mochila llena de juguetes y detalles que me salvaron de la situación, y nunca olvidaré esa marca que me salvó de una gran cola que tuvieron que hacer todos los pasajeros en migraciones, es decir todos aquellos que no tenían un lapicero.

Después de aquel día siempre cargo con un lapicero en la cartera.

Créeme que podrías salvar de muchas situaciones difíciles a las personas a quien le regalas uno  y hacer que nunca olviden tu marca. En Lapiceros Publicitarios Perú- Lpp tenemos una gran variedad de lapiceros económicos, escoge el que más represente a tu empresa.

Por:

Ana María Arroyo / tusocioenlínea.com